Search
Thursday 2 May 2024
  • :
  • :

LÁGRIMAS

Juan 11:35: Jesús lloró.

Ahora quiero hablarte sobre las lágrimas. Al leer estas líneas se sentirás identificado.
¿Sabías qué el alma es el asiento de las emociones? ¿De la tristeza, del dolor, de los sentimientos, de la amargura y sobretodo del gozo espiritual? El alma es la que llora, la que gime, la que se duele. Desde que nacemos, lo primero que hacemos es llorar. Es lo normal y es lo que indica que los pulmones están desarrollados.
Pero no siempre las lágrimas son sinónimo de tristeza.
Lloramos cuando:
– Sentimos que el Señor Jesucristo nos toca por medio del Espíritu Santo.
– Oramos al Señor y entramos en esa perfecta comunión que nos quita la noción del tiempo.

– Somos transportados de la alabanza a la adoración.
– El Señor se manifiesta y derrama su misericordia y de su paz salvadora.
– Un niño enfermo de gravedad es sanado y ayudado por el Señor.
– Un familiar nuestro que no conoce al Señor es alcanzado por su gracia salvadora.

– Vemos los milagros que el Señor continua haciendo hoy en el S. XXI.
– Sentimos en nuestro ser ese amor de nuestro Señor Jesucristo. Ese amor ágape, transformador y que sobrepasa todo entendimiento. Es maravilloso llorar en su presencia.

No es de cobarde ni de blandengues. No creas que sólo es de mujeres el llorar. Los hombres también lloran y no por eso son menos hombres.
El texto más corto del nuevo testamento es: “Jesús lloró”. Nuestro capitán, nuestro Señor, nuestro salvador lloró al conocer que su amigo estaba muerto.

Quizás las lágrimas ya no puedan calmar tu dolor. Probablemente has llorado tanto que has perdido las fuerzas y tu fe está agonizando. Aunque has llorado por tu situación financiera, has llorado porque aunque crees en el Señor todo te sale mal y no entiendes por qué.
No llores más, espera en el Señor. Él enjugará toda lágrima, él quitará todo dolor, él hará que tus lágrimas se conviertan en bendición.
¿Cuántas madres lloran hoy porque sus hijos están en las drogas, en la delincuencia, en cosas que le pueden causar la muerte? ¿Cuántos esposos y esposas lloran porque su cónyuge se ha marchado de casa, o se ha ido con otra persona? ¿Lloran porque aman a su esposo/a, pero no son correspondidos?
Aunque llores no pierdas la fe, sigue orando, confiando, esperando y proclamando la fidelidad del todopoderoso. Si lloras, nuestro deseo es que sea por sentir la bendición del Señor en tu vida.
Si ahora tienes ganas de llorar, llora, que Jesucristo estará contigo para consolarte. No es cuestión de verlo sino que por la fe lo podrás sentir. ¡Esto es una realidad para todo el que cree en él!