Humanamente pensarás que esto es imposible y tienes razón. Por nuestros propios medios no la encontraremos. Solamente en Cristo podemos adquirirla y será una paz eterna que hará que tengamos una visión diferente de la vida. Es como dice Dios en su palabra en Juan 14:27: “la paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.
Lamentablemente el último recurso al que los jóvenes acuden es al Señor que en su inmensa misericordia nos muestra un abanico de posibilidades.
En Cristo podemos citar la maravillosa historia de fe y triunfo de un gran joven llamado Esteban, que se encuentra en el libro de los Hechos y cuyo nombre significa “corona”. ¡Busca la corona de la paz en Cristo!
Esteban, con tal sólo 18 años, marcó la diferencia en un mundo hostil y religioso. Fue apedreado por tener la unción de Dios. Hoy las piedras pueden ser otras: la piedra del desempleo, la piedra de las críticas negativas, los complejos, los miedos, el sentimiento de inferioridad, coacción, falta de libertad, etc.
Quizás ahora mismo estás siendo apedreado por los temores, frustraciones en tu vida. Posiblemente estés preocupado por tu trabajo, tus relaciones personales, tu economía, tus hijos, tus estudios, tus padres, etc. Pero tienes que saber que no estás solo. Casi todo el mundo tiene los mismos problemas y se encuentra en las mismas circunstancias que tú. ¡Tiempos difíciles le suceden a todo el mundo!
Recuerda que Dios tiene el control. No te turbes, porque en él puedes descansar. Puedes encontrar la paz que le falta a tu corazón. Él es el faro en el mar. Te aseguro que con él al puerto llegarás.
Jesús nos da fuerzas y paz en cada dificultad. Caminará de nuestro lado y él nos guardará. Él será tu refugio perfecto. Ábrele las puertas de tu corazón y déjale entrar. Recuerda que en los momentos difíciles no es imposible encontrar la paz en Dios, porque lo que es imposible para el hombre, es posible para Dios.
