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Friday 26 April 2024
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LLENOS DE ALABANZA A DIOS Y NO DE REPROCHE

Muchas personas están al borde de la desesperación y su corazón está en ansiedad continua porque no sabe cómo van a resolver los problemas que vienen a sus vidas.

Tristemente se está alejando el hombre de Dios cada día más y más, no entendiendo que el ser humano fue creado a imagen y semejanza de él.

Jesucristo es el vínculo entre Dios y nosotros, porque de tal manera el creador del mundo nos ha amado que envió a su único hijo para que enviara nuestro lugar en la cruz del calvario.

 

La Biblia nos dice que busquemos primeramente el reino de Dios y su justicia y lo demás añadido será. Pero el hombre se va excusando en su condición pecaminosa para no obedecer lo que Dios nos manda a través de la palabra.

¿Por qué Dios está permitiendo este caos universal? De falta de empleo, enfermedades incurables, matrimonios destruidos, hijos sometidos a los vicios y a la corrupción. Con un solo gesto podríamos resolver toda esta situación y es mirando a Cristo como nuestro único y exclusivo salvador.

No queremos preguntar un “por qué” sino un “para qué”. Que el hombre sin Dios tenga las características que hemos dicho nos parece casi normal, pero tú y yo como cristianos, ¿cómo reaccionamos ante las mismas situaciones? Queremos mostrarte a través de esta reflexión la manera correcta. La palabra de Dios nos dice que demos gracia por todo, esto es, gracias Señor por la enfermedad, por las situaciones adversas, porque probablemente llego justo a final de mes, porque a lo mejor no tengo trabajo, porque hoy he pasado por una situación que no he podido controlar y así podemos hacer una lista interminable dándole gracias a Dios por todas las cosas que nos pasan en el día a día y simplemente es porque esta es la voluntad de Dios para con nosotros, porque Cristo Jesús ha llevado a la cruz del calvario todo aquello que nos hacía vivir de una manera frustrada y llena de decepciones, sumergido en una inmensa tristeza, muchas veces sin ningún motivo.

Tú que has aceptado a Cristo y que has sido guiado por el Espíritu Santo de Dios y estás pasando por momentos difíciles, te queremos preguntar si fueron en vanos los clavos que traspasaron las manos y los pies de Jesús en la cruz del calvario. ¿Fueron en vano los azotes que hirieron su espalda? ¿Fueron en vano los insultos que recibió cuando iba camino del Monte Calvario? ¿Fue en vano la humillación que pasó Jesús al ser coronado con esa corona de espinas? ¿Fue en vano esa lanza que traspasó su costado? ¿Fue en vano que al sentir sed le dieran hiel con vinagre? ¿Fue en vano que el sufriera todas las enfermedades universales en un momento?

En nuestro corazón decimos: No, Jesús, no ha sido en vano porque tú nos has redimido por ese sacrificio en la cruz del calvario. Has limpiado nuestros pecados, has borrado nuestras rebeliones, has cambiado nuestra vida que estaba en amargura y nos has dado una vida plena al habernos quitado el peso que nos hundía y nos sumergía en el pecado.

Probablemente estás en la etapa de la juventud. Te decimos que cambies las quejas por la alabanza, los reproches a Dios por la gratitud, que le des gracias a Dios porque un día más te ha dado la oportunidad de mejorar tu futuro.

Recuerda que la palabra dice que te acuerdes de tu creador en los días de tu juventud antes que vengan los días malos y lleguen los años de los cuales digas: no tengo en ellos contentamiento.

Alaba al Señor con la fuera de tu juventud, llénate de su presencia, llénate de la oración, quita los reproches, dale gracias por todo y verás que él hará maravillas.

En tu matrimonio, hermoso es el lecho sin mancilla, un lecho lleno de la paz de Dios, de la comprensión. Que el Espíritu Santo sea guiando ese matrimonio y que ese hogar esté lleno de la armonía santa del Señor. Recuerda que la oración es el vínculo perfecto y absoluto en el cual los miembros de una familia que conocen a Jesucristo pueden comunicarse con Dios y esperar la respuesta. Él está escuchando, cambia tus reproches por alabanza. Recuerda que la alabanza a Dios cambia las cosas.

Los problemas nacen grandes y por medio de la oración se hacen pequeños, las bendiciones nacen pequeñas y por medio de la oración y la gratitud se hacen grandes.